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Objetivos Operativos y Educación en Valores

La educación en valores forma personas éticas y responsables. Atiende a tres tipos de objetivos: cognitivos (comprender conceptos y procesos), emocionales (actitudes y habilidades) y valorativos (integrar valores humanos).

En las situaciones de educación no formal orientadas a la educación en valores, es fundamental estructurar los objetivos operativos de aprendizaje de manera clara y precisa para que los participantes puedan desarrollar las competencias que se pretenden alcanzar. A través de actividades, juegos o dinámicas, el proceso educativo debe ser intencionado y medible. Una metodología que facilite este enfoque es la división de los objetivos en tres grupos: cognitivos, afectivos y valorativos, cada uno con sus respectivos indicadores de evaluación.

Objetivos Cognitivos: el desarrollo conceptual

El dominio cognitivo se refiere al aprendizaje relacionado con el conocimiento, la comprensión y el análisis de conceptos y procesos. En el contexto de la educación en valores y emocional, este tipo de objetivos se centra en comprender el significado de los valores humanos (axiología), los procesos y principios éticos que guían nuestras conductas y las habilidades intra e interpersonales de la Inteligencia Emocional.

Para estructurar estos objetivos cognitivos de forma operacional, los facilitadores deben enfocarse en verbalizar claramente lo que el participante debe aprender y ser capaz de explicar o aplicar.

Por ejemplo, respecto al dominio valorativo:

  • Objetivo: Identificar, entre los comportamientos de compañeros y compañeras, el valor del respeto en una situación de conflicto interpersonal de carácter dialéctico.

  • Indicador de Evaluación: El participante reconoce y señala el valor del respeto proporcionando ejemplos de actitudes de sus compañeros coherentes con la manifestación del valor en la mencionada situación.

Siguiendo con el ejemplo, objetivaremos una habilidad de la inteligencia emocional que pueda ser inherente a la manifestación de respeto por parte del interviniente. Así, respecto al dominio emocional y en esta situación de conflicto dialógico:

  • Objetivo operativo: Enunciar comportamientos habidos durante al discusión, propios de la Escucha Activa que se le ofrece a otro compañero durante la expresión de sus opiniones (escuchar sin interrumpir, animar a profundizar, repreguntar, asegurar la comprensión...).

  • Indicador: Enumera y describe comportamientos observados durante la discusión que reflejan prácticas de Escucha Activa. Y, en un nivel superior, explica cómo las microcompetencias de la Escucha Activa enumeradas han afectado a los procesos de los acuerdos y las decisiones.

Los objetivos cognitivos dependen del estudio objetivo de conceptos, sistemas y procesos con el esfuerzo de memorización y comprensión oportunos. Tal estudio debe enfocarse en la aplicación reflexiva de tales conocimientos en situaciones de la vida real.

Objetivos Emocionales: actitudes y habilidades

El dominio emocional abarca competencias en dos áreas: la inteligencia emocional intrapersonal (percepción, facilitación, comprensión o regulación) y las habilidades sociales (empatía, asertividad, escucha activa o negociación).

Para estructurar los objetivos emocionales de forma clara y medible, se debe trabajar en la demostración que los participantes hacen de esas habilidades en situaciones específicas, esto es, previendo las actitudes y conductas posibles durante el desarrollo de una determinada actividad o dinámica de grupo, que el participante pueda después evaluar mediante la autoobservación.

Observemos el caso, por ejemplo, de un juego activo como 'Pelotazos':

Atendiendo a las habilidades intrapersonales de la Inteligencia Emocional, plantearemos un objetivo operativo u operacional sobre una microcompetencia determinada. Propongo, en este caso, un acercamiento a la capacidad de Percepción Emocional, en concreto a la microcompetencia «Poner nombre a las emociones y sentimientos, diferenciando intensidad y agradabilidad».

  • Objetivo: Identificar las emociones vivenciadas a lo largo de la acción del juego, haciéndose consciente de su experiencia como agradables o desagradables.

  • Indicador: El participante nombra correctamente tres emociones agradables y tres desagradables de entre las sentidas durante el juego. Ahondando, describe la intensidad en cada caso: leve, media o alta.

En cuanto a las habilidades sociales, podríamos tratar la Empatía, reconocer los sentimientos del resto de participantes, haciendo que ellos aprecien esta comprensión. Cada participante opta por un comportamiento u otro: acompañar y facilitar sus objetivos personales (hacer uso de la prudencia rebajando la brusquedad, buscar al jugador que se siente más torpe o intimidado para facilitarle la participación, enfrentar a los jugadores más activos para hacer ágil el juego tal y como estos desean, etc.) o aprovecharlo para los propios fines a lo largo del juego (divertirnos sin límites repartiendo pelotazos o, al contrario, participar lo menos posible para no correr riesgos, en ambos casos eligiendo a jugadores que tienen las mismas sensaciones que el sujeto para equilibrar el clima emocional, etc.). Este tipo de objetivo podría formularse de la siguiente manera:

  • Objetivo: Reconocer y responder a las necesidades emocionales de los compañeros durante el juego, ajustando su propia intensidad de participación para promover un ambiente inclusivo y equilibrado, ya sea moderando su nivel de energía y alentando a quienes muestran menos confianza o, al contario, haciendo un esfuerzo de desinhibición.

  • Indicador de Evaluación: Adecua su intensidad en el juego en función de las necesidades emocionales de los compañeros, brindando oportunidades a quienes participan con mayor confianza y moderando su conducta para favorecer un ambiente seguro.

El entrenamiento emocional, a través de técnicas de dinámica de grupos, requiere del participante un esfuerzo de coherencia y complementariedad con las actitudes y comportamientos del resto de compañeros. Los objetivos emocionales deben centrarse en las experiencias directas de los alumnos y alumnas, para observar cómo se manifiestan y son capaces de ajustar sus competencias emocionales y sociales en vivencias concretas. El grado de satisfacción de los integrantes del grupo, respecto a las sensaciones y el aprendizaje obtenido es indicador del grado de conciencia del propio desarrollo.

Objetivos Valorativos: integración de valores

Los objetivos valorativos se centran en las actitudes y comportamientos que reflejan los valores humanos. Estos objetivos se establecen con la finalidad de que los chicos y chicas, de forma crítica, los incorporen en su conducta diaria. Según la Taxonomía de Krathwohl-Bloom, se pretende aumento de intensidad, cambio de dirección o abandono de: valores, intereses o creencias. Y estos objetivos, evidentemente, son de naturaleza afectiva. Así, Los objetivos de tipo afectivo-valorativo hacen énfasis en el grado de aceptación o rechazo de algo.

En un nivel de segundo grado, observaremos que el estímulo encuentra una resonancia activa en el sujeto. En cierto modo adquiere un compromiso hacia el valor, dado el interés que despierta en sus motivaciones. Un ejemplo de objetivo valorativo en el grado de Respuesta podría ser:

  • Objetivo: Demostrar perseverancia en alto grado, identificando y superando impedimentos.

  • Indicador de Evaluación: Mantiene su participación activa durante toda la actividad, afrontando los obstáculos encontrados sin abandonar o reducir su esfuerzo, y sin importar el grado de dificultad que supone el impedimento. Más allá: se detiene a realizar el oportuno análisis.

Dentro de este dominio, es importante trabajar la responsabilidad personal y social. Los participantes deben aprender a asumir sus acciones y comportamientos, comprendiendo cómo sus decisiones afectan a los demás. Este enfoque valora la autonomía moral y el compromiso con la comunidad.

Conclusión

La estructuración de los objetivos de aprendizaje en actividades de educación no formal orientadas a la educación en valores es imperativa para asegurar que los chicos y chicas adquieran conocimientos, habilidades emocionales y valores humanos de forma concreta y medible. Al dividir estos objetivos en cognitivos, afectivos y valorativos, podemos abordar el aprendizaje de manera integral, facilitando un desarrollo completo y equilibrado.

Una correcta formulación de los indicadores de evaluación en cada dominio ayudará a los educadores a medir el progreso de los participantes de manera efectiva.

El programa

Te animo a profundizar de forma práctica de la metodología de la Educación en Valores. Enlazamos aquí un Plan de Actividad detallado que se estructura según las condiciones que hemos tratado en este artículo: la planificación de la actividad educativa atendiendo a los dominios emocional y valorativo.

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Plan Escuela de Vacaciones 𝐍𝐀𝐕𝐈𝐃𝐀𝐃 𝐀𝐑𝐂𝐎𝐈𝐑𝐈𝐒

Un proyecto que detalla la Escuela de Vacaciones 'Navidad Arcoíris', dirigida a infantil y primaria, y que tiene los Valores y las Emociones como centro de atención.

Fundamenta y describe las actividades de nueve jornadas, que tratan el tema de la Convivencia repasando los ámbitos de experiencia de niños y niñas: familia, amistad, equipo y comunidad.

Contiene la descripción detallada de los juegos y dinámicas para cada grupo de edad e incluye enlaces a vídeos y manuales de los juegos o actividades previstas, así como el material gráfico necesario.




Antonio Martínez Cea
 

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